viernes, 8 de enero de 2010

3600 casos, ¿3600 turrones? Parte I

Permítanme disculparme por no haber actualizado el blog, pero con las vacaciones navideñas, la tesis y la falta de conexión a Internet, se me hizo imposible subir mis últimas preparaciones, porque, aunque no las subí antes, la cocina seguía siendo partícipe de mis dulces desestresantes :)
Creo que no les he comentado que para mi tesis tengo que analizar 3600 casos extraídos de 36 transcripciones, pues bueno está fue mi inspiración, aparte de la propicia época decembrina, para preparar muchos turrones y así no sólo satisfacer mis ansias de dulce sino compartirlos con mis amigos. Hice turrón de frutos secos variados y miel, turrón blanco con almendras y pistacho, turrón de chocolate con leche y avellanas y turrón de chocolate oscuro y avellanas. Irónicamente lo que me resultó más difícil fue conseguir la receta de la oblea que se pone abajo y encima del turrón de miel y blanco, luego de varias, y no muy fructíferas combinaciones, conseguí una proporción que me pareció adecuada. Les aviso para hacer todas estas recetas necesitarán almendras y muchos pistachos y avellanas, miel, huevos, un limón, chocolate y sin olvidar los moldes y papel transparente y encerado. Al final todo valió la pena, incluso haber roto una cuchara de madera, los turrones estaban deliciosos y ¡tengo personas dispuestas a corroborarlo!

Oblea para turrón
1 taza de agua
1 cucharada de harina

Mezclar los ingredientes en la licuadora.

Engrasar ligeramente un sartén. Yo usé una servilleta de papel rociada con aceite.

Una vez que el sartén esté caliente, regular la hornilla en fuego bajo y verter parte de la mezcla. ¡Ojo! la mezcla que debe estar aún emulsionada, pues cuando la harina se estanca en el fondo de la licuadora es indicio de que se debe volver a licuar.

Al principio se verá muy líquido, pero a medida que pasa el tiempo se notará como comienza a formarse la oblea.

¡Y lista la oblea!

Si ponen poca mezcla puede que les salga algo como esto:



Preparación de los moldes para los turrones de miel y blanco
Con el papel transparente cubrimos el molde con mucha delicadeza, pues debemos tomar en cuenta que esto será lo que impedirá que el turrón se pegue a los lados del molde y no pueda salir cuando tengamos que desmoldar.



Una vez cubiertos los moldes con papel transparente, procedemos a cortar las obleas de manera tal que cubran todo el fondo de los moldes. Ojo deben sobrar obleas pues debemos también cubrir la superficie de los turrones.




Turrón de miel
Ingredientes:
400 gramos de frutos secos (almendras, avellanas y pistachos)
150 gramos de miel
el jugo de un limón para el montaje




Primero tostamos todos los frutos secos.

Una vez tostados los transferimos a un envase para luego picarlo en pequeños pedazo. Yo en este turrón usé el martillo de cocina pero el desastre que se produjo en el mesón me hizo pensar que esta no era la mejor opción.



Pesamos la miel y la vertemos en una olla con capacidad.



Hervir la miel por aproximadamente 10 minutos, agregar los frutos secos ya triturados y mezclar por 1 minuto.

Verter en uno de los moldes que preparamos antes.

Sumergimos una cuchara de madera limpia en el jugo de limón previamente exprimido y con esta cuchara alisamos la superficie del turrón.



Cubrimos el turrón con oblea.

Ponemos encima un peso, en este caso yo usé el otro molde, y lo dejamos así por unas 24 horas.

Al desmoldarlo se verá así.


Turrón blanco de almendras y pistachos
Ingredientes:
100 gramos de almendras
300 gramos de pistachos pelados
200 gramos de miel
400 gramos de azúcar pulverizada
una clara

Les recuerdo que pueden hacer el azúcar pulverizada licuando el azúcar normal por unos minutos.



Tostamos los frutos secos y luego trituramos, en la receta anterior lo hice con el martillo pero en vista del desastre decidí probar con un cuchillo, pues les recomiendo el cuchillo, ya que, recién tostadas son bastante fáciles de trocear.



Separen la clara del resto del huevo y batan a punto de nieve, es decir, al alzar la licuadora debe quedar una montañita de nieve firme.

Agreguen la miel a la clara en punto de nieve y sigan batiendo.

Una vez que la miel se haya integrado completamente, agrégenle el azúcar pulverizada y continúen batiendo por unos 3 minutos.



Agregar la mezcla en una olla, si tienen una de cobre mejor, pero si no usen cualquiera.

Poner a fuego bajo y mezclar continuamente con una cuchara de madera hasta que se endurezca. Les advierto a medida que se va endureciendo se hace cada vez más difícil de mezclar y a mi particularmente se me pusieron los nudillos de las manos rojos.


Cuando adquiera la consistencia dura que queremos saquen la olla del fuego y agreguen los frutos secos. Creo que no está de más decir que si a ustedes no les apetece un turrón de almendras y pistacho y prefieren otro fruto seco la receta es igualmente aplicable, aunque realmente les recomiendo que prueben esta combinación.

Mezclen pero tengan cuidado, pues mientras mezclaba a mi se me rompió la cuchara de madera por la fuerza que tuve que ejercer.

Viertan en el molde con las ostias que ya habían preparado.

¡La cuchara rota!

No olviden tener a la mano otra cuchara de madera limpia que puedan sumergir en jugo de limón. Como les dije en la receta anterior, esto sirve para alisar la superficie.

Una vez alisado ponerle encima la capa de obleas.

Arriba del turrón pondremos un pedazo de papel encerado grande que presionaremos con las manos para darle la forma del molde.

Para que el turrón quede bien comprimido debemos aplicar peso, usen lo más pesado que tengan en la cocina y déjenlo por mínimo 24 horas.

Al momento de desmoldar, saquen los pesos, halen un poco el papel transparente y el encerado y volteen sobre una tabla de cortar.

Procedan a cortar con un cuchillo afilado. Les aconsejo que si tienen a alguien fuerte en la casa le cedan el honor de cortar el turrón, pues realmente cuesta cortar los primeros pedazos.

Luego lo corté más chiquito para que los pedazos quedarán como bocaditos de turrón.

¡Y aquí están nuestros turroncitos! Yo regalé algunos envueltos en papel celofán y aparte de lo bonitos que se veían son realmente deliciosos. ¡Inténtenlo y me cuentan!

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